Ayer celebramos en el colegio el comienzo de la Cuaresma con la celebración de la imposición de la ceniza. Participaron todos los alumnos y profesores y nos acompañaron bastantes padres. Como nos dijo D. Juan Luis, el sacerdote, es un tiempo litúrgico muy especial, pues en él nos preparamos para la gran fiesta de los cristianos, la resurrección de Jesús.

Los alumnos de 6º de Primaria, en el saludo inicial, nos recordaban que la Cuaresma nos debe ayudar a reducir a cenizas todo lo que nos impide ser más amigos de Jesús y mejores personas: el egoísmo, el mal genio, la falta de respeto, la pereza, la insolidaridad, la falta de amor,…

Los alumnos de 4º de Primaria nos escenificaron la historia de un monigote de papel de periódico que quería dar solo buenas noticias, y nos invitaban a ser también nosotros portadores de buenas noticias con nuestra manera de relacionarnos con los demás.

El evangelio lo leyeron entre el sacerdote y varios alumnos de 1º de ESO. Es la historia de Zaqueo (Lc 19,1-10), un hombre egoísta y ambicioso que cambia de vida al encontrarse con Jesús, porque Jesús le descubre que hay más alegría en dar y en compartir y le ayuda a ser misericordioso. D. Juan Luis nos recordó que estamos celebrando el Año Santo de la Misericordia, invitados por el papa Francisco.

Después de la imposición de la ceniza terminamos la celebración perfumados por el sacerdote, que nos llenó de colonia para recordarnos que los cristianos tenemos que destacar por «el buen olor de nuestras buenas obras». Se notaba la alegría en todos, niños y mayores.